Para empezar a infligir daño de verdad en War Robots: Frontiers, antes tendrás que atravesar la armadura del enemigo. En esta edición de El foco en el desarrollo, te mostraremos cómo mantienen los robots sus sistemas en funcionamiento y a sus pilotos con vida.
A diferencia de otros shooters, en War Robots: Frontiers, tu reserva de PS se compone de dos estadísticas completamente distintas. Está la durabilidad (que representa la «salud» de tu robot), y la armadura (que es la primera en recibir daño, protegiendo así la durabilidad). Cuando la armadura se rompe, todo el daño afectará de forma directa a la durabilidad. Cuando no te quede durabilidad, tu robot se destruirá. Como norma general, para acabar con un robot solo tienes que dispararle sin parar, pero no todo es tan simple.
Cada parte de un robot tiene su propia armadura. Después de un tiroteo breve, quizá veas que tu robot ha perdido protección del torso, pero que sigue teniendo la armadura del chasis y los hombros intacta. Eso le añade una dimensión completamente nueva al juego. Los robots pueden tener varios puntos vulnerables distintos en las distintas fases de la partida, y la decisión de cómo aprovecharlos depende del jugador. Es fácil identificar un punto vulnerable por la maraña de cables de color rojo vivo que asoma entre las partes dañadas. ¡Ve a por él y el enemigo durará poco!
La armadura se distribuye de forma desigual entre las partes del robot, y las partes más grandes poseen más armadura. El torso suele ser el segmento más protegido de tu personalización, los hombros la parte más vulnerable, y el chasis algo intermedio. No obstante, apuntar a los hombros es bastante más difícil que disparar directamente al torso o las piernas. Suelen ser un objetivo menor y, por mucho que aciertes al hombro izquierdo, no dañarás la armadura del derecho. Disparar a los hombros es muy arriesgado, pero muy beneficioso si sale bien. No obstante, también puede ser buena idea alejarte del fuego enemigo y reparar tu hombro. Elegir bien la posición de tu robot en el campo de batalla es tan importante como tener buena puntería.
La armadura no hace que tu robot sea inmune al daño. Una porción del daño recibido siempre la atraviesa, y esa porción aumenta a medida que la armadura recibe impactos. En la versión actual del juego, todas las armas infligen la misma cantidad de daño a la armadura y la durabilidad. La armadura simplemente se interpone entre la durabilidad y el proyectil y es la primera que recibe daño. Tenemos planeado añadir distintas mecánicas de daño para las armas en las próximas actualizaciones. Algunas serán mejores para dejar sin armadura a los enemigos, mientras que otras serán ideales para acertarles en las partes expuestas.
Ya hay una mecánica de armas en el juego que, de forma indirecta, afecta a la armadura del objetivo. Las armas explosivas como las Orkans infligen daño por propagación y suelen afectar a varias partes del robot al mismo tiempo. Las salvas de misiles suelen ser especialmente peligrosas cuando una parte pierde la armadura, pues es muy probable que el daño por propagación la afecte aunque no haya recibido ningún impacto directo.
Lo último que hay que entender sobre las estadísticas defensivas del robot es que la durabilidad es mucho más fácil de restaurar que la armadura. Cuando un robot evita recibir daño durante un tiempo, empieza a recuperar durabilidad de forma automática. En cambio, para reparar la armadura se necesitan dispositivos específicos como el Repair Module o la habilidad Repair Drone del torso del Tyr. La mayoría de las veces, la supervivencia del robot en el campo de batalla dependerá más de la armadura que de la durabilidad.
Únete a nuestro Discord y dinos qué te parece este sistema de dos capas. ¿Te gustaría que hubiera más mecánicas de armadura o prefieres que la dejemos tal y como está? En la próxima edición de El foco en el desarrollo, responderemos todas las preguntas.